miércoles, 5 de mayo de 2010

Nuestros Ancestros de 3,6 Millones de Años Atrás Tenían un Andar Bípedo Como el Nuestro

Más de tres millones de años atrás, los antepasados de los humanos modernos aún pasaban un tiempo considerable de su vida subidos a los árboles, pero, en contra de lo que sería lógico suponer, su forma de andar se parecía muchísimo más a la de los humanos actuales que a la de los simios arborícolas. Así lo desvelan las evidencias obtenidas por un equipo de investigadores en un análisis complementado con un experimento.
Un rastro de huellas fósiles conservadas en ceniza volcánica depositada en el terreno 3,6 millones de años atrás, fue descubierto en Laetoli, Tanzania, hace más de 30 años. La importancia de dichas huellas para la evolución humana ha sido debatida desde entonces.
Los individuos con mayores probabilidades de haber producido estas huellas, que son una muestra clara de bipedalismo (el andar sobre dos piernas), tuvieron que ser miembros de la única especie bípeda viva en la zona en ese momento: el Australopithecus afarensis. Esa especie incluye a "Lucy", cuyos restos óseos son los más completos de cualquier individuo A. afarensis encontrado hasta la fecha.
Una serie de características en las caderas, las piernas y la espalda de este grupo indican que debieron caminar sobre dos piernas al andar por el suelo. Pero los dedos curvados de las manos y los pies, así como otros rasgos, brindan evidencias sólidas de que Lucy y otros miembros de su especie también pasaban mucho tiempo subidos en los árboles.
Esta morfología se diferencia claramente de la de nuestro género, Homo, que abandonó la vida arborícola hace alrededor de 2 millones de años y adoptó el bipedalismo de manera definitiva.
Desde que se descubrieron las huellas de Laetoli, los científicos han debatido sobre si éstas indican una forma de caminar parecida a la de los humanos modernos, o un tipo menos eficiente de bipedalismo en posición encorvada, propio de los chimpancés cuyas rodillas y caderas están dobladas mientras caminan sobre dos patas.
Basándose en los análisis previos de los esqueletos de los Australopithecus afarensis, el antropólogo David Raichlen de la Universidad de Arizona, y sus colegas en la Universidad de Albany y del Lehman College de la Universidad de la Ciudad de Nueva York, esperaban que las huellas de Laetoli se parecieran a las de alguien que camina con las rodillas dobladas y la cadera inclinada, el modo de andar típico de los chimpancés, y no a la de alguien caminando del modo en que lo hacemos los seres humanos modernos. Pero, para su sorpresa, el experimento que diseñaron y llevaron a cabo ha revelado que las huellas de Laetoli están completamente dentro de la categoría de las huellas humanas normales.
Si las huellas de Laetoli fueron hechas por la especie de Lucy, y así lo cree la mayoría de los científicos, ello significaría que esta especie estaba muy avanzada en cuanto a la capacidad para caminar. Dicho de otro modo, en una época en la que nuestros antepasados tenían una anatomía muy adecuada para pasar una cantidad significativa de tiempo en los árboles, los individuos A. afarensis ya habían desarrollado un bipedalismo altamente eficiente y semejante al de los humanos modernos.

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